sábado, 21 de mayo de 2022

¿Qué papel jugará Danilo, no el PLD en 2024?

 ¿Qué papel jugará Danilo, no el PLD en 2024?

A la luz de los acontecimientos actuales, donde a dos años de la celebración de las próximas elecciones presidenciales en República Dominicana, con un escenario tripartito en lo institucional, pero polarizado en el liderazgo, nos preguntamos, ¿Qué rol jugará el anterior Presidente Danilo Medina Sánchez?

La pregunta va en la dirección del crecimiento horizontal y vertical del Partido Fuerza del Pueblo, que ocupará la tercera casilla en la boleta electoral, quien en los últimos meses ha recibido una transfusión importante de cuadros altos, intermedios, medios y de base del Partido de la Liberación Dominicana; pero sobre la base de qué esta joven organización, difícilmente lograse llegar al poder sin un apoyo de por lo menos el 80% de todos los bochistas, más el favor del electorado representado por diversos sectores, incluso, apolíticos pero con determinación del voto.

Algunos analistas nos comentan en privado, que el Presidente Medina en este contexto se encuentra subido en un palo encebado, pues según su historial, nunca ha sido una figura institucional en lo partidario, dado qué incluso desde el poder, fungió como el jefe de una tendencia o grupo, pero que ahora estaría obligado a ser imparcial en su rol del presidente del PLD. En tal sentido, se teme que Danilo podría reincidir en su anterior obstinación por impedir que el también ex presidente de la República y líder de la Fuerza del Pueblo doctor Leonel Fernández  regrese al poder, pero que esa decisión, automáticamente sugeriría un acuerdo para garantizar la continuidad del actual Presidente Luis Abinader en el poder hasta el 2028.

En este contexto y escenario posible, dirigentes del peledeismo histórico, así como una inmensa mayoría de miembros de las bases de esa organización, verían con angustia cómo se le alejaría la posibilidad de regresar a sus puestos de trabajo, de los cuales fueron desvinculados por la presente Administración.  

De igual manera, el pueblo que no es tonto, también entendería que dicho apoyo, lejos de perjudicar políticamente al Presidente Leonel Fernández, sea para beneficiar a Medina en los procesos judiciales que pesan sobre sus principales colaboradores y familiares directos, harto conocido los acuerdos que algunos ex cercanos colaboradores han hecho con la Procuraduría General de la República en busca de suavizar su condición penal, en expedientes acusatorio del temido departamento que dirige de la magistrada Miriam Germán Brito y sus adjuntos, los doctores: Yeni Berenice Reinoso y Wilson Camacho respectivamente.

Otros dicen  qué una vez concluido el proceso de escogencia del candidato o candidata presidencial del PLD, en un proceso abierto y sin trauma, es decir, donde no se exprese o más bien, se aprecie la mano del Presidente Medina a favor de uno contra los demás, este partido podría remontar y clasificar para una segunda vuelta con el Presidente Abinader. Si este fuera el caso, Leonel sería de nuevo el hombre que tendría en sus manos un posible triunfo de esa candidatura y también, estaría en el mismo palo encebado de no ayudarlo a ganar.  Pero si el electorado plantea un escenario electoral inverso, entonces, Danilo tendría la obligación de facilitar un acuerdo político con el mismo propósito o fin. Lo mismo decir, devolverle el poder a los bochistas de ambos partidos. 

Si Danilo se salta esta situación y en cambio, da  paso a lo personal sobre lo lógico y políticamente correcto, podría  enfrentando un proceso de desobediencia civil dentro de su partido, incluidos miembros del Comité Político y una la inmensa mayoría de las estructuras, cuadros dirigenciales, miembros y simpatizantes  de la organización, que se volcarían en un camino sin retorno hacia la Fuerza del Pueblo.

En consecuencia, entiendo qué siendo la primera vez en la historia democrática de República Dominicana, que hay tres ex presidentes vivos y activos políticamente y un Presidente de la República en ejercicio con opción a continuar por varias razones, las estrategias en campañas electores serán la clave del triunfo.

Todo dependerá de las cartas que se jueguen y la capacidad  de los líderes en concertar alianzas para sumar una mayoría calificada que garantice el triunfo de acuerdo a la Constitución de la República de un 50+1 en primera vuelta electoral o mayoría simple, en segunda vuelta.

 


Autor: Luis Columna Solano.

Politólogo/Máster en Gobierno y Administración Pública.