martes, 18 de julio de 2017

Reflexiones sobre el  movimiento verde y sus implicaciones políticas.

Por Lic. Luis Columna Solano/ Politólogo.

Desde que una parte importante de la ciudadanía dominicana decidió participar en una protesta colectiva bajo los argumentos del fin de impunidad y la corrupción, República Dominicana ha experimentado un fenómeno de ebullición social conocido como “Marcha Verde”, movimiento que ha recorrido las principales provincias del país, así como emblemáticas calles de la ciudad capital y en algunas ciudades del exterior.

Sin embargo esta noble iniciativa ha sido desvirtuada y sacada de contexto, en el mismo instante que decidió dirigir sus ataques al presidente de la República Danilo Medina y al gobierno central, como si los reclamos que se hacen pueden  resolverse con la emisión de un decreto. En tal sentido, este movimiento ha pasado de ser social y reivindicativo, en el entendido de un reclamo de algo al que se tiene derecho, pero que les ha sido arrebatado a la ciudadanía, para convertirse en iniciativa político/ electoral.

Lo primero que deseo hacer para confirma esta apreciación, es comparar el movimiento Marcha Verde dominicano, con el movimiento 15-M de Madrid, España, año 2011 que concluyó con la creación del partido político PODEMOS. Igualmente hacer dicha comparación con los movimientos de protestas que actualmente escenifica la oposición política venezolana al gobierno del presente Nicolás Maduro.
Al concluir la lectura del párrafo anterior, quizás algún lector se podría preguntar la razón o punto de inflexión que nos lleva a enlazar estos tres acontecimientos, dos regiones y un europeo y la repuesta está en que los tres han aplicado el mismo modus operandi como método o manera especial para conseguir un fin, que en este caso, es desplazar del poder al presidente de turno.  

Nosotros, personalmente como cualquier otro ciudadano, nos mostramos de acuerdo con el fin de la corrupción y la impunidad, no obstante debemos puntualizar que ambos factores son endémicos de toda sociedad humana, como lo es la cizaña y el trigo, los cuales crecen juntos, pero al final son depurados.  Esos males han existido y seguirán existiendo hasta el fin de la humanidad, pues de lo contrario, no tendría sentido tener un sistema de justicia compuesto por policía, fiscales, jueces y cárceles.

Una de las razones que nos llevan más que a sospechar, a afirmar los planes conspirativos y políticos de los organizadores de la Marcha Verde, es el nivel de organización de la misma. No así su innegable poder de convocatoria. Otra es la inclusión en el mismo de los mayores afectados, que son los líderes de oposición que están viendo como otros les están como se dice popularmente, “comiéndoles el caramelo” en la búsqueda del poder de cara a futuras elecciones.

Los autores intelectuales de “los verdes”, son los mismos que por décadas han estado asesorando y dirigiendo la oposición política electoral al Partido de la Liberación Dominicana, en el poder desde el 2004 de forma ininterrumpida. Esos intelectuales de pluma y pensamientos finos, han visto como necesario cambiar el estilo de lucha por el poder y controlar el destino del país, con el factor añadido del apoyo táctico de ciertos sectores empresariales, industriales y financieros a quienes un cambio político en la conducción del Estado, podría beneficiarles.

En Venezuela por ejemplo, la oposición al chavismo como revolución socialista, ante el fracaso de volver al poder por vía electoral, ha optado por el desconocimiento del gobierno, los dictámenes judiciales y  el uso de la violencia, protegidos por una campaña internacional de un grupo de países que no han podido hacer coca en Venezuela y que un cambio de rumbo político igualmente que en dominicana, les generarían grandes ganancias.

En España aquel sano y limpio movimiento 15-M que mostró al mundo la indignación de un amplio sector de la sociedad española por los efectos de la crisis económica y financiera, concluyó en la creación de un partido y un millar de burócratas que han llegado a las instituciones sin planes de desarrollo. Ese mismo partido, minó las bases del entonces principal partido opositor (PSOE) y es lo que ahora, los viejos y nuevos líderes de los partidos emergentes dominicanos, tratan de evitar con su presencia en la marcha verde.  


Por estas razones entendemos que quizás el Partido de la Liberación Dominicana posiblemente dé un cambio en su estrategia de ignorar y no enfrentar dicho movimiento y en cambio, decida hacer uso de su derecho ciudadano, enviando a sus cuadros diligénciales a participar en igualdad de condiciones que los del PRM, Alianza País y otros partidos emergentes. Por su parte, el gobierno central del presidente Danilo Medina debe seguir trabajando y sin distracción, dando respuesta a los males que aquejan a la población.