Morder la Bala.
Autor: Lic.
Luis Columna Solano. Politólogo.
Han sido varios los partidos políticos que
han gobernado con holgada mayoría parlamentaria o congresual desde que se
sueña, o al menos se habla la necesidad de una Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas
en República Dominicana, pero ha sido en esta etapa cuando peor se han hecho
las cosas.
Por ejemplo, el Partido Revolucionario
Dominicano (PRD) durante su última gestión del Gobierno, hizo uso de su mayoría
parlamentaria y aprobó una iniciativa en ese sentido, que luego fue suspendida
por la Sala Constitucional de la Suprema Corte de Justicia cuando aun no existía
el Tribunal Constitucional. Esto quiere decir que mucho antes del Gobierno Constitucional
del ex presidente Hipólito Mejía Domínguez “2000/2004”, ya en República
Dominicana hacia años se que anhelaba la idea de dotar al país de una Ley que
regule el desordenado sistema político actual, y que también sustituya la actual
Ley electoral 275-97.
El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC)
que gobernó el país durante 22 años, también tuvo su oportunidad de ejercer una mayoría congresual
para imponerse en esa dirección y no lo hizo. Sin embargo el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) que tiene el control de casi todos los poderes del Estado
desde hace más de una década, está mordiendo la bala con la aprobación de un
proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas sin el consenso requerido en
el seno de los principales actores de vida nacional, llámese: Oposición política,
iglesias, empresarios, industriales, sindicatos, gremios profesionales y medios
de comunicación.
Pero lo más delicado de este asunto, que no
se trata tan siquiera del PLD en su conjunto, sino de un sector del mismo,
amparado en la idea de que todo se vale y que el fin justifica los medios. El
Senado de la República, dirigido por el también Secretario General del partido
oficial y quien acaba de emprender una carrera legitima por la presidencia de
la República, Dr. Reinaldo Pared Pérez, aprobó a la carrera y de forma
compulsiva, un proyecto que de no ser rechazado o al menos, aprobado con
modificaciones en la Cámara de Diputados, traería graves consecuencias al país
por inaplicabilidad y carecer del mas minino consenso entre las fuerzas vivas de la nación. De paso, lejos de unir, rompería
por la mitad los dos partidos principales, “PLD y PRM” y dejaría en dificultades a una
docena más.
El PLD como partido oficial debe volver a su cauce
y dejar de hacer el papelón que viene ejerciendo desde el recrudecimiento de sus
diferencias internas. No puede ser posible que las apetencias personales o luchas
grupales deriven en imponer al pueblo un nuevo modelo de vida y participación
electoral, amparada en sofismos que nada guardan con la realidad objetiva. Un sistema
político donde no se respeten las reglas del juego y el orden democrático, es
un sistema que está condenado al fracaso y posterior modificación, por lo tanto,
lo más sensato desde un punto de vista político, es hacer las cosas con el
consenso requerido al margen de los perseguidos réditos políticos.
En consecuencia, cada ciudadano que ostente
una función pública o puesto electoral, debe saber que la historia ha de ser
escrita y que en tal sentido, son muchos los llamados y pocos los escogidos. Hay
que Gobernar, Legislar y aplicar las Leyes con la mirada puesta en el horizonte.
No es necesario torcer el rumbo natural de las cosas, pues el tiempo siempre
pasa y se encarga de poner cada cosa y a cada quien en su lugar.